La expansión de Internet y su introducción en la vida cotidiana durante los últimos años se ha producido de manera tan meteórica que numerosas empresas se encuentran en la necesidad de una asesoría de marketing digital.
Netscape, Altavista, Napster, Yahoo, Terra, Tuenti, MySpace, Facebook, Instagram, FaceApp, Tik-tok… todos estos nombres han aparecido y desaparecido de nuestras conversaciones personales y profesionales de manera muy sorprendente. Tan pronto eran imprescindibles como nos sonaban a naftalina.
Y en medio de esta vorágine, las empresas han ido tratando de subirse y bajarse de cada una de las plataformas conforme su público potencial entraba y salía de ellas. Algunas con mucho desparpajo y grandes reflejos; otras -la mayoría- con poca naturalidad y cierto retraso.
Y es que es normal para una empresa de cualquier tamaño sentirse desorientado ante tal abanico de posibilidades expuesto a tal velocidad. Hoy en día -quizá esta frase quede obsoleta pronto- nuestros usuarios deciden el interés de una publicación en la fracción de segundo que supone pasar de un story a otro. Y es ahí donde entra en juego la estrategia. La estructura que solidifique la punta del iceberg que percibe nuestro usuario. Para acertar con ello, es vital la consultoría y asesoría de una agencia de marketing digital.
En consultoría digital, los datos son verdad
En Onion Studio solemos decir que los datos deben justificar nuestras decisiones. Es relativamente sencillo, entre el amasijo de información que se encuentra a disposición en Google, teorizar una idea y la contraria. También lo es adivinar, intuir lo que nuestros clientes y usuarios quieren o piensan de nuestra marca.
Sin embargo, nada será más fiable que los datos de referencia que tengamos sobre el alcance de nuestro proyecto. Después, claro está, siempre habrá espacio para la valentía y la improvisación, pero en Internet tomar decisiones sin datos es temerario. Si publicamos un anuncio en un periódico y una pancarta en la calle, sabemos que nuestro negocio crecerá. Y, por supuesto, podremos preguntar a nuestros clientes a través de qué nos conocieron, pero nunca lo sabremos a ciencia cierta.
En el entorno digital sí tenemos esa posibilidad, todo se puede medir. Y, a la hora de tomar decisiones relevantes para nuestra empresa, basarse en esos parámetros se antoja lo más sensato. En Onion Studio podemos ayudarte a decodificar y analizar tus datos, para que tengas la mayor información posible sobre tus usuarios y puedas ofrecerles aquello que te están solicitando.
¿Qué hacer si no dispongo de datos?
Parecerá una respuesta de perogrullo, pero no hay otra: obtenerlos. Puede ser a través de fuentes externas, como puede ser realizar un benchmarking de competencia utilizando las herramientas de análisis que existen en el mercado. Como también por fuentes internas.
Por ello, la figura del producto mínimo viable (PMV) se erigió hace unos años como una de las mejores formas de realizar estrategias digitales. Básicamente consiste en lanzar el producto lo antes posible con las funcionalidades mínimas para aportar utilidad. E iniciar desde ahí la recogida de datos y feedback de nuestros usuarios y clientes potenciales. Definir el producto mínimo viable es uno de los momentos cruciales para una asesoría de marketing digital.
(Nota importante: es clave no confundir ‘producto mínimo viable’ con ‘hacerlo chapucero que funcione y ya veremos luego’.)
Elaborar una estrategia digital
Con nuestro análisis de datos en la mano, el primer paso para una acertada consultoría digital es trazar los objetivos (tres, cinco; cuidado en general con la desmesura en este paso) que tendrá nuestro proyecto. Estos objetivos han de ser alcanzables y, lo que es más importante, medibles. Si incurrimos en exceso o defecto en cualquiera de estas dos referencias, correremos el riesgo de descontinuar una estrategia correcta, o -aún peor- no saber si las decisiones tomadas fueron acertadas o no.
La definición de objetivos debe vertebrar todas y cada una de las etapas posteriores de una estrategia digital: prototipado, diseño, desarrollo, y por supuesto, redes sociales, posicionamiento SEO y promoción publicitaria.
Una consultoría digital mínima debería, por tanto, y en resumidas cuentas, abarcar:
- Un análisis de la situación actual de la empresa o proyecto,
- La detección de puntos fuertes y débiles,
- Una propuesta de mejora segmentada por bloques,
- Una definición de objetivos alcanzables y medibles,
- Una hoja de ruta para alcanzar dichos objetivos
