Cuando en el equipo de frontend andábamos a la búsqueda de una plataforma online que nos sirviese para mejorar nuestros conocimientos y para aprender más sobre los frameworks de javascript que aparecen día sí, día también, hubo un momento en el que prácticamente nos dimos por vencidos.
Tras pasar por diferentes cursos de Udemy y otros tantos de Lynda (ahora LinkedIn Learning), nos dimos cuenta de que no eran lo suficientemente técnicos. Quizá los había pero en la marabunta de formaciones disponibles, no fuimos capaces de encontrarlos, o no tuvimos suerte. Buscamos, comparamos precios y valoraciones, optamos por una decena… y pese a tener experiencias mejores y peores, no era lo que necesitábamos.
Durante un tiempo desistimos, optando por servirnos únicamente de YouTube y de unos itinerarios de vídeos algo artesanales que nos confeccionábamos nosotros mismos. A ello sumamos algunos blogs y cuentas de Twitter que nos eran de interés pero el proceso se hacía, aún así, demasiado tedioso.
La aparición de Treehouse (y de Ryan Carson)
Surgió entonces la opción de Treehouse. No recuerdo bien si lo descubrimos por Facebook o Twitter, pero de primeras fue una epifanía: no sólo parecía estar enfocada específicamente a frontend, sino que además incorporaba los itinerarios (learning paths) que nos habían gustado de Lynda. Con programas adecuados a diferentes niveles, la elección parecía hecha. En paralelo, alguien comentó por Twitter que había descubierto una tal Frontend Masters. Lo anotamos y seguimos adelante, pues a cargo de Treehouse estaba el gran Ryan Carson, al que tanto había admirado durante su etapa en Carsonified.
Sin embargo, al iniciar el primero de los cursos, la sensación fue de decepción. Aparentemente, los episodios no adolecían de nada (salvo de quizá, subtítulos), pero el ritmo tendía a ser aburrido, y a ello se sumaban las dificultades técnicas: desde el Apple TV no funcionaban los subtítulos, y para iPad no disponían de aplicación. Navegador o nada. El precio, a qué negarlo, tampoco era un plus: 199 dólares al mes no resultaba precisamente barato. Poco a poco percibimos que la orientación de la plataforma era mucho más un sustitutivo online de los bootcamps de programación que se encuentran tan en boga. No era exactamente lo que necesitábamos y lo fuimos notando en el mecanismo clave: posponíamos la hora de formación a poco que tuviéramos carga de trabajo. Es decir, casi siempre.
Frontend Masters: el flechazo
Habíamos oído campanas sobre Frontend Masters y habíamos guardado el enlace, pero no lo habíamos mirado en profundidad. El diseño de producto no mostraba el acabado tan refinado de Treehouse y el no tener periodo de prueba nos hizo postergarlo hasta terminar el primer mes de Treehouse. Pero un simple vistazo posterior al catálogo de cursos, los profesores y el detalle añadido de los live workshops nos animó a probar. Y hasta hoy.
Con todo lo que llevábamos trotado, la desconfianza inicial era evidente, pero nos duró poco. El tiempo de realizar la primera introducción a React de un divertidísimo Brian Holt de Microsoft. El desarrollo fue muy ameno, técnicamente impecable (ahora sí, aplicaciones y subtítulos marchaban impecablemente) y el precio (39 dólares mensuales) lo hacía perfectamente asequible. Los cursos están muy elaborados y ya no es que sean específicos, sino que abarcan prácticamente todas las disciplinas que pueden resultar de interés a un frontender de hoy: desde CSS y Sass a WebGL, pasando por React, Angular o Ember.
Además, dispone de un buen número de cursos gratuitos, canal de YouTube y una gran comunicación a través de newsletters de la que se encarga el propio Marc Grabanski, CEO de la compañía.
Tres meses después, sólo pensamos en pasárnoslo entero. Y nos parecía necesario compartirlo con todos aquellos que hayan pasado, o estén pasando, por la pequeña odisea de encontrar una plataforma de formación decente para desarrollo frontend.
Todo lo que no hemos probado
En el periplo de búsqueda nos fuimos dejando atrás varios portales que, seguro, disponen de cursos de interés pero que, por una razón u otra, no probamos. Entre ellas, Pluralsight, a la que cogimos cierta manía por la compra y abandono de CodeSchool, portal que fue pionero en formación de frontend online y que abandonaron hasta el punto de cerrarlo.
Mejor pinta tiene CodeCademy, así como los infinitos recursos que ofrece FreeCodeCamp, a los que seguimos más vía YouTube que con sus cursos e itinerarios. Tampoco hace falta más: con Frontend Masters y los libros de A book apart, por el momento, vamos servidos.