La analítica web es una disciplina imprescindible en cualquier estrategia de posicionamiento o marketing
En Onion hemos definido la analítica web como la tarea de llevar a cabo un seguimiento [de los datos web] que, de un vistazo nos permita tener una idea clara de si lo que hacemos está funcionado o si, por el contrario, debemos repensar el enfoque de la estrategia.
Lo cierto es que, personalmente, la analítica web me parece una de las disciplinas más complicadas dentro de la parte de contenidos del marketing digital. Pero también tiene sentido que sea así: si los datos fuesen fácilmente interpretables, Google no sería la caja de misterios que es.
El objetivo de la analítica web, como decimos al principio, es poder evaluar si la estrategia que estamos siguiendo está dando algún resultado. El único problema es que, como también hemos dicho muchas veces, el SEO es una carrera de fondo, y lo que se siembra en una estrategia puede no dar frutos hasta la siguiente estación.
Interpretar los datos que diferentes herramientas y plataformas recogen sobre una web es más un arte que se aprende con la práctica que una ciencia exacta que pueda enseñarse.
Un área multidisciplinar
La analítica web es también un campo bastante amplio. Dentro de esta etiqueta comprendemos desde el seguimiento de una campaña hasta el diagnóstico del estado de salud de una web cuando recibimos un proyecto nuevo.
Las herramientas de análisis web se van haciendo más intuitivas con cada actualización. Esto se debe a que el perfil de usuario es cada vez menos especializado. El mercado es cada vez menos físico y más digital, y tener un e-commerce se está convirtiendo en la norma para negocios pequeños, medianos y grandes.
Las dos herramientas más usadas (y más imprescindibles) son las propias de Google: Google Analytics y Google Search Console. A grandísimos rasgos, la primera analiza el comportamiento de los usuarios dentro de una web. La segunda analiza y parametriza la presencia de una web en los resultados de búsqueda de Google.
Ambas herramientas son complementarias y los datos que arrojan se pueden interpretar de forma conjunta o individual, dependiendo de qué aspecto de la web se desee analizar.
Sin embargo, a la vez que el uso de herramientas se simplifica, la interpretación de los datos se complica. Los parámetros de medición cambian y las actualizaciones en los criterios de posicionamiento hacen que estar al día de la actualidad SEO sea tan importante como cualquier otra cosa.
Para qué sirve la analítica web
Para, exactamente, lo que hemos dicho al principio: saber si estamos haciendo las cosas bien. Pero, también, bien interpretada, puede servir para predecir patrones de comportamiento, subidas y bajadas.
Para poder llegar a un nivel en el que sólo mirando datos sepamos si lo que hicimos, digamos, hace tres meses, está dando resultado, es necesario haber analizado métricas web una y otra vez. Al principio es difícil sacarle sentido a las datos. No desesperes.
Con el tiempo, serás capaz de discernir si una campaña está funcionando o si un sitio web goza de buena salud. Es cuestión de aplicar el método científico: observar los datos, lanzar una hipótesis, realizar acciones en tu web o campaña para refutar o desmentirla, y esperar.
Cuando hayas hecho ese proceso un par de cientos de veces, los números empezarán a tener sentido. Si no puedes invertir la cantidad de tiempo y esfuerzo necesarios para dominar la analítica web, cuenta con un análisis profesional.
En Onion realizamos informes personalizados para cada proyecto, que evaluamos de forma individual y pormenorizada. Sabemos que no existen dos proyectos iguales, por lo que siempre propondremos una solución y estrategia únicas para cada uno.
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